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“No es habitual ir a un museo y ver una obra realizada en lápices”

En Rutas y Motores entrevistamos a Yamila Zabaljauregui, la joven artista oriunda de Bariloche que poco a poco se abre camino con sus obras en el mundo de los fierros y el arte.

Yamila nació hace 24 años en Bariloche, donde vive actualmente. Licenciada en Diseño de Interiores, hoy su arte (basado en papel, lápices y tizas) empieza a abrirle caminos más allá de las fronteras. “Poco a poco me di cuenta que podía llegar a vivir de algo que me encanta, pero que no había pensado”, admite.

El dibujo y la pintura me gustan desde que era chiquita. De hecho mis viejos siempre lo promovieron, se sentaban conmigo a pintar libros y hacer dibujos… Fue mi mamá la que me enseñó a pintar con lápices desde muy chiquita”, continúa esta joven barilochense, que en poco tiempo empezó a dejar su huella con un estilo propio.

-¿Cómo te describirías?

-Bueno, muchas veces me hice esa pregunta. Al principio uno cree que la palabra artista es importante, muy grande. Pero después quizás es la más acorde, no tiene tantas fronteras o límites. No me sentía identificada con “pintora”, no lo sé, puede que sea algo impuesto, pero cuando cualquiera piensa en alguien que pinta, se lo imagina con un pincel en la mano. Sí me siento dibujante, pero creo que va un poco más allá. Dibujo y pinto, pero con lápices o tizas, sobre papel. Son mis técnicas favoritas, es más difícil verme con un pincel en la mano.

-Contaste que tus padres fueron quienes te inculcaron y, en un principio, fueron enseñándote en este camino del dibujo, pero ¿por qué basar tu arte en el mundo de los autos?

-Desde que era chiquita me gustan, hasta heredé los autitos de juguete de mi viejo. Hay una anécdota graciosa… Cuando me invitaban a los cumpleaños mis amigos de la escuela (en jardín y primaria), a último momento no iba y me quedaba con los autitos que mi mamá había comprado de regalo, jaja.

-Casi que lo llevas en la sangre…

-El gusto por los autos viene desde ahí un poco, también de mi mamá, que siempre fue un poco “fierrera”. Uno de los tantos trabajos de mi abuelo materno fue de mecánico. Pero digamos que me volvió a picar de vuelta cuando mi viejo trajo a casa un clásico, una coupé Fiat 800, totalmente original. Ahí entraron en juego los clásicos, después de eso llegó un Ford A, ese sí no era original, sino modificado, tiene motor, caja y tren trasero de dodge 1500. Y bueno, al principio era el hobby de mi viejo, algo que compartía más que nada con mi mamá. Después se fue haciendo parte de la familia.

-¿Te acordás cuál fue tu primer dibujo en este estilo?

El primer auto que dibujé fue este Fiat 800 que te contaba. Eso fue en el 2013 o 2014, si no recuerdo mal, y ahí empezaron a conjugarse las dos cosas. Yo estudiaba diseño, me pasaba mucho tiempo dibujando y practicando. No sólo por la Universidad sino porque me encanta hacerlo.

-¿Cuándo te diste cuenta que esto era algo en los que te podías destacar?

-No sé si pensé en destacarme. Es algo que siempre me gustó y me pregunté “¿por qué no hacerlo mi trabajo?”. Estaba recién recibida, es algo que me apasiona y disfruto de hacer a diario, soy joven, y pensé “es el momento perfecto para apostar a conseguirlo y trabajar al 100% sin mucho que perder. ¿Si no es ahora cuándo?”, y me lancé.

-Imagino que hubo un momento, una acción o alguien que te motivara a lanzarte…

-Sí, unos días antes del Día del Padre del 2017. Ordenaba unas cajas de la mudanza, porque justo me había vuelto de Mendoza a Bariloche, y encontré el dibujo aquel del Fiat 800. Le mandé una foto a mi hermana y me dio la idea de enmarcarlo para regalárselo a mi viejo. Cuando fui a la casa de marcos, el hombre que me atendió me preguntó si era mío y si me dedicaba al arte, que era muy buena, y que si no lo hacía debería pensarlo. Yo al principio no lo tomé enserio. De hecho me causó gracia, pero bueno… Fue la típica situación en la que te dicen algo y te dejan pensando.

-Imagino que haber arrancado exponiendo de local fue una tranquilidad…

-Sí. Mi primera exposición de arte fue en Las 1000 Millas Sport, acá en Bariloche, en la 29ª edición, a fines del 2017. Justamente decidí animarme a proponer mi trabajo, después de esa charla con el señor de la casa de marcos, y en pocos meses estaba ahí, exponiendo mis obras por primera vez junto a artistas enormes. Un par de meses después de eso, vía redes, por Instagram me llegó una propuesta desde Suiza para exponer mi laburo dentro de la semana del automóvil de St. Moritz, esa fue mi primera exposición internacional.

-Lo que habrá sido eso…

-Fue espectacular. Era una semana donde se organizaban varias cosas dedicadas a los autos clásicos, entre esas un rally. Así que estuve ahí entre los autos, en la largada y la llegada, en plenos Alpes Suizos. Eso se hizo en septiembre del 2018.

-¿Pensás volver a exponer en el exterior?

-Ahora sí, dentro de un par de meses me voy a España. Voy por mi segunda exposición internacional. Pero esta vez la conseguí por mi misma. Voy a tener mi propio stand en Retro Clásica Bilbao 2019, es una exposición de autos clásicos dentro de un recinto ferial cerrado donde también se presentan otras cosas afines a los clásicos, como es mi caso con el arte automotor.

-Hablaste de que expusiste con grandes artistas desde tu primera exposición, ¿tenes a alguien que admires en este mundo?

-Para serte totalmente franca, me metí en el mundo del arte automotor primero como “creadora”, después empecé a ver lo que había a mi alrededor. Alguien que me gusta muchísimo y considero totalmente inspirador es Manu Campa, un pintor español, altamente recomendable sobre todo para los fanáticos de Porsche.

-¿Y en nuestro país?

-En el ámbito nacional hay artistas enormes, muchos que he conocido el año pasado en Buenos Aires cuando me invitaron a formar parte de la Expo de Artistas de Automovilismo en la Fundación Lory Barra, en San Isidro. Ahí no sólo conocí personas que hacían lo mismo que yo, si no maestros con años en este trabajo y un montón de consejos para dar. Realmente me sentí parte de ese pequeño mundo que hacía dos años era totalmente ajeno a mí.

-¿Te gusta pintar algún tipo de vehículo en especial o te da igual lo que se te encargue?

-Bueno esa es una de las partes significativas de hacer de tu hobby un trabajo. Claro que uno hace trabajos que le gustan más que otros. Aún así disfruto de mi trabajo y muchas veces se convierte en un desafío, inclusive he realizado trabajos que no estaban dentro del tema automotor. De todas formas intento siempre plasmar mi impronta y mi sentido de la estética. Pero por supuesto que al momento de hacer obras para tener en mi stock (que no sean un encargo) siempre opto por lo que más me gusta o a veces retarme a mí misma saliendo de la zona de confort.

-¿Y cuál sería esa zona de confort?

-Intento hacer crecer continuamente mi trabajo, superarme, de eso se trata un poco también la evolución personal. Por ejemplo, el último trabajo que sumé a mi stock y que presentaré por primera vez al público en España, fue una obra de 110x75cm. Hasta ese momento mis obras más grandes habían sido de 50x70cm., salí del formato al que estaba acostumbrada. Fue un reto, a veces un dolor de cabeza, otras tantas veces plena satisfacción al ver los avances, pero así se aprende y una se permite mejorar. Quería demostrarme no sólo a mí sino a quienes ven mi trabajo que un “dibujo” también puede verse como una obra de arte.

-Un sueño a futuro es…

-Ay, qué difícil ponerlo en palabras… Creo que más allá de seguir moldeando está pasión como profesión y, por supuesto, vivir de éste trabajo, mi sueño es seguir ampliando mis fronteras, primero a nivel personal porque el arte es algo que evoluciona junto a uno mismo, y también a nivel internacional. Tuve la suerte de vivirlo y ahora de repetirlo, conocer el mundo mostrando lo que te gusta hacer es alucinante, y definitivamente es algo que no quiero dejar de hacer.

-Para finalizar, ¿tenes un objetivo puntual desde lo artístico?

-Digamos que muchos artistas utilizan el dibujo como estudio compositivo o las primeras líneas de lo que después será una pintura. No es tan habitual ir a un museo y ver una obra realizada en lápices. Yo quiero darle a mi trabajo ese valor artístico, no sólo tiempo y dedicación.

*Para ver más obras de Yamila Zabaljauregui pueden seguirla en sus redes sociales:

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