La apuesta por los 80 años del Turismo Carretera tuvo saldo más que positivo. Los riesgos de realizar una competencia de larga duración y las dudas que esto generaba en propios y extraños quedaron de lado con una carrera atrapante. En Rutas & Motores te contamos lo que para nosotros fue lo más destacado y los detalles negativos de la histórica prueba del TC.
A favor:
El espectáculo: Con un final de película, con dos de los grandes ídolos como Silva y Ortelli, exponentes de las dos marcas más convocantes, peleando mano a mano hasta la última curva, fue un cierre ideal para el domingo teceísta en el Gálvez.
Viejos piolas: Silva y Ortelli, ambos dos referentes de Ford y Chevrolet, respectivamente, sacaron a relucir toda su experiencia y talento conductivo para reponerse de situaciones adversas y alcanzar el 1-2 del podio en el final. Silva quedó último en la entrada a la segunda vuelta por un toque de Mazzacane, mientras que el Guille sufrió por un trompo y posterior ingreso a boxes de Diego Martínez, uno de sus invitados, que lo llevaron a estar dos giros debajo de la punta.
El circuito: Aunque aún faltan muchas cosas por mejorar, desde que el Gobierno Porteño, en conjunto con la Asociación Argentina de Volantes, se comprometió en poner en valor al autódromo capitalino se empezaron a ver mejoras en muchos aspectos.
Trucco y Werner: Uno se aguantó casi 130 vueltas (se disputaron 178) arriba de su Dodge, peleando desde el principio por la victoria; mientras que Werner, que también manejó por más de un centenar de giros, largó desde el fondo de la grilla por una penalización y avanzó hasta pelear por la victoria con su Ford.
El público: La carrera de los 1000 kilómetros de Buenos Aires contó con la presencia de 67.000 personas. Más allá de que las populares no tuvieron costo alguno, la máxima categoría volvió a vibrar con el delirio de sus fanáticos, quienes coparon el trazado capitalino desde la madrugada del domingo hasta bien entrada la tarde a puro festejo.
La organización: Quizá porque el tiempo sobraba (más de cinco horas de competencia) para realizar distinto tipos de estrategias, la calle de boxes y el trabajo de los equipos nunca fue un caos y sacando alguna rara excepción, todo transcurrió con normalidad.
Jovencitos debutantes: El triunfo del Pato Silva contó con la gran labor de Juan Tomás Catalán Magni, el hijo del Pingüino, quien en su debut en el TC se lució a bordo del Ford hasta llevarlo a la victoria de la mano del chaqueño. Pero él no fue el único joven destacado: también se lucieron varios, como Muchiut, Ronconi y Craparo, entre otros.
En contra:
Algunos rezagados: Entre algunas cuestiones negativas, el manejo de algunos pilotos rezagados dejó bastante que desear, en especial pilotos con vasta experiencia en la categoría, quien varias veces oficiaron de tapón de los líderes y hasta formaron parte de algún incidente con vehículos que venían en la punta.
Remolques en competencia: En un par de oportunidades se vio cómo los vehículos pasaron a toda velocidad mientras por la pista circulaba el vehículo oficial de remolque. Una situación que, gracias a dios, no trajo consecuencias.
Sabor agridulce: Así como destacamos lo hecho por Juan Martín Trucco y Mariano Werner, las fallas mecánicas que aparecieron sobre el final de la competencia (a 3 y 5 vueltas del final, respectivamente) en la Dodge y el Ford dejaron a ambos con ganas de pelear por una victoria que merecían.
Susto de Savino: La carrera de Nacho terminó rápida y abruptamente cuando su Ford se quedó sin frenos ni bien comenzada la competencia y salió despedido antes de llegar a la horquilla. Su vehículo impactó contra las gomas de contención y tras volcar quedó contra el alambrado. Sus lágrimas de impotencia y susto al llegar a boxes lo decían todo.
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