En Rutas&Motores probamos el SUV de Citroën que rompe el molde. Evaluamos la única versión disponible, que llega con un motor naftero turbo Pure Tech de 1.2 litros y 3 cilindros. Cuenta con un diseño muy atractivo y revolucionario que suma amores y odios por igual. ¿Su precio? $485.000.
Por: Juan Manuel Danza
“¿Qué auto es? Me encantó”. Apenas salimos de la sucursal de Martínez, donde Citroën Argentina entrega sus vehículos a la prensa, el C4 Cactus empezó a llamar la atención de los otros automovilistas y peatones. Desde ese instante sentimos en carne propia lo que imaginábamos en la previa: el Cactus llama la atención. O se lo ama o se lo odia, pero seguro no pasa desapercibido. Más con el color que nos tocó en suerte…
Pero más allá de esto, en Rutas&Motores decidimos salir a la ruta para probar el SUV de la marca francesa y nos llevamos una más que grata sorpresa. Quedamos del lado del enamoramiento por un modelo que rompe, en muchos aspectos, con lo conocido. Pero vamos a describir un poco nuestras sensaciones.
El C4 Cactus en nuestro país viene en una única versión, la Shine, equipada con un motor naftero turbo Pure Tech de 1.2 litros y 3 cilindros, que genera una potencia de 110 CV a 5.750 rpm y que está acoplado a una caja automática de seis marchas, con opción de pasaje secuencial desde el selector y con la posibilidad de activarla en modo “Sport” (deportivo) y “Snow” (para pisos de baja adherencia). Asimismo, incluye el sistema Start & Stop (en este modelo puede desconectarse), que apaga el impulsor cuando el vehículo está detenido. Al principio cuesta acostumbrase, pero con el paso del tiempo resulta práctico a la hora del ahorro de combustible y la baja en la generación de gases.
A pesar de ser un motor de tan baja cilindrada, que lógicamente no sirve para sentirse un “Pechito” López, es muy ágil en ciudad y también muestra buenas reacciones una vez que se lo exige y se acopla el turbo. En ruta, el Cactus se mostró seguro y dócil, aunque algo ruidoso en su interior a altas velocidades. Ya en Ciudad, se mueve como pez en el agua, se siente en su hábitat ideal. Y ahí es donde roba más miradas.
Es que desde el color (en nuestro caso un amarillo fuerte), pasando por los novedosos “airbumps” (unas burbujas que protegen la carrocería en caso de impactos leves como en estacionamientos), y un diseño atractivo en general, el Cactus rompe moldes, sale de lo común y enamora o genera rechazos.
Una vez dentro caímos rendidos ante su encanto. Aunque en Europa el Cactus fue lanzado con la idea de ser un “low cost” (bajo costo), en nuestro país su calidad de materiales está por sobre la media del mercado.
Una vez en el asiento del conductor, rodeado por un diseño muy particular y una combinación de colores muy agradable en general, el Cactus presenta uno de los grandes puntos que generan controversia: el instrumental. El modelo francés presenta un tablero digital que carece de cuenta vueltas, pero que contrariamente a lo que nos pasó en nuestro primer contacto en su presentación en La Rural, terminó gustándonos. Quizá sea por los colores de los relojes e indicadores, pero no extrañamos los dos relojes que siempre fueron de nuestra predilección.
En el centro de la plancha encontramos una pantalla de 7 pulgadas, táctil, en la que manejamos todas las funciones: audio, navegación, computadora, telefonía, etc.). De fácil uso y con buena respuesta al “touch”.
En materia de seguridad el Cactus presenta una novedad: el airbag del acompañante “cae” desde el techo y no sale desde el torpedo como habitualmente ocurre en la mayoría de los vehículos. En total cuenta con 6 airbags (2 delanteros, dos laterales y 2 de cortina); además trae ABS con REF, ESP, cámara de visión trasera y ganchos ISOFIX, entre varios ítems a destacar.
El espacio tanto en las plazas delanteras como traseras es más que cómodo para cuatro pasajeros, aunque un quinto (en caso de no ser muy alto), si las distancias no son extremadamente largas, puede viajar tranquilamente. Así mismo, los 358 litros de capacidad del baúl no son los mejores de su franja, pero tampoco son un punto a criticar.
Lo que sí no nos gustó (y a la mayoría de las personas con las que consultamos le pasó igual) son las ventanillas traseras pivotantes que no bajan. Una decisión de la marca que diferencia al Cactus de otros modelos, pero que no fue lo más adecuado para un vehículo cinco puertas.
El C4 Cactus compite en la franja más alta de los SUV compactos. Tiene que pelear con una variedad importante de modelos destacados: Honda HR-V, Nissan Kicks, Jeep Renegade, Renault Captur, Peugeot 2008, Ford EcoSport, Chevrolet Tracker y Hyundai Creta, entre otros.
El precio del C4 Cactus en Argentina es de $485.000 (al día de la fecha) y cuenta con garantía de 2 años sin límite de kilometraje.
Los puntos a favor son:
Diseño jugado y atractivo
Motor y transmisión
Equipamiento de seguridad
Frenos a disco traseros
Confort de marcha tanto en ciudad como ruta
Prestaciones y elasticidad
Consumos contenidos
Habitabilidad trasera
Terminación general
En contra:
Ventanillas traseras pivotantes
Sin tecnología Mirror Link para smartphone
Alzacristales sin “one touch”
Auxilio de utilización temporal
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