El nueve veces campeón del mundo del WRC retorna al mundial en el Rally de México a bordo de un Citroën C3WRC y habló sobre la relación con su compatriota y lo que espera en su regreso a la actividad de los derrapes junto a la casa francesa. “La tensión en el pasado no fue directamente entre Seb y yo”, admitió Sebastien Loeb.
El mundo de los fanáticos del rally ansiaba volver a verlos compitiendo en los relojes del mundial. Un sueño que tras unos 6 años de alejamiento, se vuelve a dar en el Rally de México, tercera cita del calendario.
Los dos son los dueños del WRC desde 2004, con nueve coronas para Loeb y cinco para Ogier. Por eso, más allá de la falta de ritmo de competencia (aunque estuvo probando) mucho se espera del duelo entre los pilotos galos, en especial porque en aquel entonces en el que Loeb era el dominador de la especialidad, la relación entre ambos se rompió cuando eran compañeros en Citroën y que llevó a Ogier a pasar VW.
Hoy, el tiempo parece haber aplacado aquella rivalidad y le bajó los decibeles a la disputa. “La tensión en el pasado no fue directamente entre Seb y yo”, reconoció Loeb. “A los medios les gustaba hacer una guerra entre nosotros y no fue agradable. Ambos estábamos peleando. Fue una de las primeras veces que tuve un compañero de equipo de su nivel y fue más complicado. Respeto lo que hizo y lo ha estado haciendo bien desde entonces”, cerró Loeb, el hombre que se robará todos los flashes por los caminos aztecas, más allá de su posición en los tiempos.
En tanto que Ogier afirmó: “Estoy muy contento de ver a Seb y Daniel (Elena, su histórico navegante) otra vez. Hay más buenos recuerdos que malos. Teníamos tensión en ese momento, ya que ambos teníamos el objetivo de ser campeón. Hay muchos ejemplos en el automovilismo cuando tienes dos personas muy competitivas que luchan por los mismos objetivos, especialmente en el mismo equipo”.
En cuanto a lo estrictamente deportivo, Loeb ganó en México en sus últimas seis participaciones, pero admitió que no sabía de lo que sería capaz esta vez. “Este es un rally que siempre me ha encantado, así que tengo grandes esperanzas. Disfrutaré de estos tramos con el C3 WRC, que es un coche muy emocionante de pilotar. Además de eso, tengo algunas dudas, como todo el mundo, aunque espero seguir el ritmo más o menos. No tengo ni idea de dónde estoy respecto a los otros pilotos, así que estoy impaciente por empezar. Hay que tener en cuenta que esto sigue siendo el campeonato del mundo. Los demás pilotos se han quedado aquí los últimos años… En cualquier caso, estoy satisfecho con los test que hicimos. Cubrí unos 500 kilómetros en dos días. El C3 WRC me pareció bien equilibrado y sentí que había mejorado desde mi último test a final de 2017”, reconoció el múltiple campeón con la marca del Doble Chevrón.
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