Se cumple un nuevo aniversario de aquel Gran Premio de Brasil en el que Carlos Alberto Reutemann se rebeló ante las órdenes del equipo Williams y se quedó con la victoria en Jacarepaguá. Un triunfo que, a posteriori, marcaría a fuego su carrera. Aquel cartel con el “Jones-Reut” quedó marcado a fuego en la memoria de los argentinos.
El aplastante dominio de los Williams y la lluvia de aquel domingo de finales de marzo de 1981 perdieron el protagonismo ante un cartel. Sí, hoy se cumple un nuevo aniversario de la rebeldía de Carlos Reutemann que marcó a fuego su carrera.
-¿Viste los carteles indicándote que Jones debía ser el ganador?
-No, no vi nada.
-¿En serio? Eso parece difícil de creer…
-No vi absolutamente nada… Tenía empañado el visor.
Las respuestas de Lole no sirvieron de nada para mitigar la bronca que reinó en el equipo Williams, principalmente en sir Frank y en el australiano Alan Jones, su compañero de escudería.
Aquel GP fue dominado ampliamente por la escuadra británica, con un Lole demoledor y dominador de la competencia, pero en el equipo tenían otros planes. Tenía que ganar Jones. Por eso, a poco del final, apareció el famoso cartel que hizo historia y que aún hoy, a pesar del paso del tiempo, se sigue recordando.
Pero Lole tenía otros planes. Ya se había dejado ganar por Jones en Long Beach y eso fue demasiado. No quería volver a entregar un triunfo propio en bandeja al australiano, por eso, el santafesino hizo caso omiso a las órdenes, siguió a fondo con su Williams hasta ver en primer lugar la bandera de cuadros.
Una victoria que lo convirtió en gran candidato a la corona de 1981, pero que terminó siendo totalmente contraproducente por la reacción del propio equipo.
Más allá de aquella bronca que cambió el clima general en Williams, Reutemann llegó con chances de consagrarse campeón en la última fecha, en el GP de los Estados Unidos del Este, en Las Vegas, pero no le dieron las armas necesarias para lograrlo.
“En Las Vegas el trato era imposible hacia mí. No me preguntaban nada, no parecía interesarles nada de lo que yo pudiera decir. La sensación que me daba es que todo el equipo estaba haciendo lo imposible por tratar de convencer a Jones de que no se retire y que siga corriendo para ellos, y del campeonato actual ni se preocupaban”, comentó luego de finalizado aquel campeonato que terminó en manos del brasileño Nelson Piquet y su Brabham por penas un punto por sobre el argentino.
Aquel 29 de marzo de 1981 Lole perdió el campeonato, pero le mostró al mundo toda su rebeldía, la que solo tienen los grandes.
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