Un Juan María Traverso, filoso como siempre, habló de todo con Motor News. Actualidad, divisiones, pilotos, el Flaco no evitó ningún tema.
Por: Juan Manuel Danza
Prende un cigarrillo, se apoya en una baranda ubicada en pleno Puerto Madero para proteger a propios y extraños de caer al río, y se relaja a pesar de ser siempre el hombre más buscado en el ambiente por fanáticos y medios de prensa a pesar del paso del tiempo. “Esto te muestra cómo está el automovilismo actual. Los pilotos ya no son reconocidos, perdieron el rol que tenían hasta mi época y cada vez viene peor la cosa”, le admite a MM Juan María Traverso en la presentación de la temporada 2016 del Top Race. Y tiene razón. Había varios pilotos actuales, pero las miradas se las robaba él, el hombre que siempre dijo y dirá lo que siente, porque podrán amarlo u odiarlo en mayor o menor medida, pero el Flaco de Ramallo nunca pasa inadvertido.
-¿Por lo que contas no ves muy bien al automovilismo actual, no?
-Lo veo complicado, es cierto. La división que tiene hoy el automovilismo no tiene sentido. Le hace un daño enorme y eso genera una cantidad de problemas producto de eso que afectan y mucho al automovilismo en general. Están todos divididos, nadie piensa en sumar para el deporte en general, se preocupan más por cuidar su quinta y así estamos. Cada vez peor. Espero que esto se ordene y que los dirigentes se pongan a trabajar como corresponde.
-¿Cuál crees que debería ser el principio de ese cambio para volver a poner al automovilismo en el lugar que supo tener en otra época?
-Se podría hacer una escalera en las categorías como ocurrió históricamente en nuestro país hasta hace unos años, con distintos tipos de dificultades y costos para que en definitiva a la categoría máxima que podría ser el TC lleguen los mejores pilotos, los que estén más preparados y no cualquiera sólo porque tiene plata. Que lleguen los que tienen condiciones. Ese sería un buen primer paso a mi entender.
-Siendo hoy en día uno de los máximos ídolos que dio el automovilismo nacional, reconocido por grandes y chicos a pesar del paso del tiempo, ¿le duele ver así al automovilismo nacional?
-Sí, mucho me duele. Soy amigo y conozco a casi todos los pilotos, soy amigo de muchos, y que de golpe no puedan disfrutar de un deporte tan especial genera malestar, duele. La verdad es así, da bronca porque esto se genera por malas decisiones de arriba.
-Pero más allá de que la mayoría coincide en el mal momento que atraviesa nuestro automovilismo, todos coinciden en que el nivel de pilotos sigue siendo de primer nivel. ¿Coincide? ¿A qué pilotos destacaría?
-Eso es verdad no hay caso. Tenemos un nivel de pilotos de la puta madre (sic). Hay unos quince o veinte de primer nivel. Si tuviera que elegir creo que pondría a (Facundo) Ardusso, (Néstor) Girolami y a (Matías) Rossi. Creo que los tres son muy completos, agresivos y correctos. Pero hay varios de muy buen nivel.
El Flaco se suelta, sonríe con una mueca ante el flash de los celulares de un par de jóvenes que caminan al lado del río, pero sin perder el foco de la charla. Sabe que el automovilismo nacional, su deporte, no está pasando un gran momento desde la difusión, desde los espectáculos y él lo reconoce y cree que el peso del piloto se fue perdiendo con el paso de los años.
El piloto debe volver a tener el protagonismo que le corresponde, que recupere personalidad, que pueda hablar y decir todo lo que quiera. No tiene que ser castigado por el dirigente, el equipo, el motorista, el sponsor o la marca. Hoy están todos controlados porque los cagan a pedos por todos lados. Eso como para arrancar, porque después nos quejamos de la falta de ídolos. Hoy el motorista tiene más protagonismo que el piloto, una locura. Y a partir de ahí hay que saber respetar al público con lo que se le da, con el espectáculo que se le brinda, con las condiciones que se le da en un circuito. Hay mucho por cambiar.”
-Eso en su época no pasaba, era imposible frenarlo a usted.
-Olvidate, terminaba todo mal. Te cuento una anécdota que cuento siempre: una vez estaba ganando una carrera con un motor del viejo Berta (NdeR: Oreste padre) y el motor empezó a hacer un ruido raro. Obviamente no paré y se rompió. Cuando volví a los boxes Berta me encara y me quiere retar por no haber parado antes de que se rompiera y yo le respondí bien clarito: “Lo hubieras hecho bien para que no se rompa”. Hoy eso no pasa, a los pilotos los obligan a frenar ante el más mínimo ruidito y si no se les pudre.
-¿Hoy habría lugar para Juan María Traverso en el automovilismo?
-No, ni cerca. No duro ni cinco minutos. Ni largo una carrera. No podría correr bajo estas condiciones actuales donde el piloto está extremadamente controlado, donde pasó a ser uno más y no el protagonista. De verdad, en el automovilismo de hoy no duro ni cinco minutos.
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