Al descender de la rampa de largada montada frente al Automóvil Club Argentino, el sábado pasado, Luis y Gastón Galardi no computaban triunfos de etapas en su haber en la Gran Carrera, que reedita en su actual versión regularidad, los Grandes Premios de Turismo disputados entre 1957 y 1975. Sí registraban un muy buen tercer puesto final en la undécima edición realizada en 2013 a bordo de una Fiat 1.500 coupé. Tras el paso a Peugeot, con el 404, han progresado al punto que se adjudicaron este año la primera competencia del campeonato GPA, el Pagos del Tuyú. Pero aquí, en la fecha más importante del año y que reparte puntaje adicional para el torneo, se han destacado de sobremanera, obteniendo la menor penalización frente a los controles secretos diseminados por la ruta de la carrera, ganando la primera, segunda y la cuarta etapa de ayer, la más larga de este año, que largó en Mendoza y finalizó en La Rioja tras 640 kilómetros en 10 horas y 21 minutos. De este modo, con su tercer victoria sobre cuatro etapas corridas, los de Pilar ahora aventajan a los cordobeses Osman por 2 segundos y 17 centésimos, un abismo en esta especialidad. Terceros se mantienen los Berisso con su Volvo. Cuartos ahora son Firpo-Pruzan gracias a su segundo puesto hasta La Rioja.
En la categoría D (entre 1301 y 1.600 cm3), ahora encabezan Borga-Chomiak sobre una Fiat coupé 1.500, ante el desbarranco de Urrea (ganador 2010 de esta prueba) y Soraide. En la categoría velocímetro, compuesta por nada menos que 60 vehículos, Antonio Fernández mantiene la punta desde el domingo pasado, a pesar de la gripe que aqueja a su navegante José Eslava, ambos sobre Fiat 1.500 berlina año 1968. Competir a velocímetro en montaña es dar una gran ventaja, prueba de ellos es que los 55 clasificados delante de ellos, utilizan odómetro.
La temperie nublada y fría acompañó a la caravana en el trayecto de la cuarta jornada que transitó por las provincias de Mendoza, San Juan y La Rioja. La larga recta sobre la ruta 40 con sus permanentes vadenes y la precordillera al oeste fue transitada hasta Jáchal, poblado convulsionado por estos días por cuestiones mineras. Allí las tripulaciones llenaron sus tanques con en la estación del ACA, para emprender la tarde por la nueva ruta 150, en excelente estado que une con Baldecitos tras atravesar la montaña mediante 5 túneles. El muy poco tránsito favoreció la práctica de la regularidad mientras también pudo apreciarse la variedad de colores rojizos de sus paisajes camino a Ischigualasto, donde se encuentra el famoso Valle de la Luna. Continuaron a Patquía con los remolinos a la vera del asfalto, que bailaban en los arenales hasta marearse. El rumbo norte hasta La Rioja por la ruta 38 fue con los olivares como testigos.
Restan aún dos días de competencia y al tratarse de carreras de autos, nunca está dicha la última palabra. Hoy, desde las 8 am dejaron La Rioja hacia Patquía, Villa de Soto en el oeste cordobés y el “santo” paso por Cura Brochero, para llegar a Mina Clavero desde donde ascender hasta los 2.200 metros por la ruta Jorge Recalde (único piloto americano vencedor en una prueba del campeonato mundial de rally, oriundo de Mina Clavero) que surca las Altas Cumbres con la finalidad de arribar a Villa General Belgrano a las 17:45 horas.
Fotos: Prensa ACA
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