El 29 de marzo de 1981 no es una fecha más. Quedará grabada por siempre en la memoria de todos los amantes del automovilismo en la Argentina. Hace 36 años Carlos Alberto Reutemann se quedó con la victoria en el Gran Premio de Brasil de Fórmula 1 a bordo de un Williams. Pero no fue un triunfo más, aquella jornada lluviosa Lole desobedeció la orden bajada por Frank Williams con el ya famoso cartel “JONES-REUT” con el que se le avisó al argentino que dejara pasar a su compañero de equipo Alan Jones, algo que no sucedió y que para muchos marcó la suerte del piloto argento.
En Rutas y Motores quisimos recordar uno de los hechos más recordados por los fierreros. Con orgullo para muchos, con pena para otros. Es que aquella jornada marcó para siempre la carrera del gran piloto argentino, quien para algunos debía acatar la orden y seguir contando con un vehículo que le permita pelear para lograr ese anhelado título del mundo que finalmente nunca llegó. Aunque para la mayoría, aquel gesto del Lole es una muestra de que no siempre hay que someterse a cualquier decisión apostando a una convicción.
A pesar de estar peleando el campeonato, Reutemann era tratado por Frank Williams y gente del equipo como el piloto número 2. Esta situación, para muchos, hizo llevar al santafesino a no acatar aquella orden, porque nunca podría pelear por el título ya que su propio equipo había apostado por Jones, su compañero.
La historia es conocida: al santafesino se le escapó el título mundial en la última fecha por apenas un punto, aunque para muchos ya estaba perdido porque el equipo Williams ya le había quitado todo el apoyo. Ya estaba decretado de antemano.
“Nunca vi ningún cartel. La carrera fue difícil porque llovía todo el tiempo y había que concentrarse en el auto para no cometer el más mínimo error”, declaró el Lole a la revista Corsa en aquellos años de F1.
Igualmente, para muchos, siempre estará la duda sobre qué hubiera pasado si dejaba ganar a Jones en Brasil. Otros, como es nuestro caso, creemos que el Lole hizo lo que debía: correr para ganar. Como lo marcaba su personalidad como piloto. Seriedad, profesionalismo, talento y orgullo, un combo soñado, menos para Jones y Williams. ¡Salud, Lole!
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